domingo, mayo 18, 2025
La flora de la zona nerítica: bosques submarinos y praderas marinas en aguas costeras


La flora de la zona nerítica: bosques submarinos y praderas marinas en aguas costeras
Este artículo explora la variada flora de la zona nerítica, un ecosistema marino costero fundamental. Descubre cómo algas, pastos marinos y otras plantas sostienen la vida marina y mantienen el equilibrio ecológico.
- La zona nerítica es la franja costera del mar con abundante luz solar, esencial para el crecimiento vegetal.
- Incluye ecosistemas de algas pardas, praderas marinas, fitoplancton y macroalgas verdes y rojas.
- Las plantas de la zona nerítica proveen oxígeno, refugio y alimento a una inmensa variedad de fauna marina.
- Amenazas como la contaminación y el cambio climático afectan a estas comunidades vegetales.

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Desarrollo
Posidonia oceánica
La posidonia oceánica es una planta marina emblemática del mar Mediterráneo. Forma densos prados submarinos hasta 40 metros de profundidad. Sus extensas raíces estabilizan los sedimentos y su denso follaje proporciona refugio a peces y crustáceos.

- Sus praderas filtran el agua y contribuyen significativamente a la oxigenación.
- Hábitat y guardería para larvas de decenas de especies pesqueras.
La posidonia es vital para la biodiversidad marina, pero está amenazada por el anclaje de embarcaciones y la eutrofización.
Thalassia testudinum (Hierba de tortuga)
Común en las costas caribeñas, Thalassia testudinum crea vastas praderas en aguas cálidas. Es fundamental en la dieta de tortugas verdes y estabiliza el fondo marino, amortiguando el impacto de olas.

- Produce oxígeno y captura CO2 como sumidero de carbono azul.
- Favorece la claridad del agua al atrapar sedimentos.
Con la disminución de las tortugas y el aumento de la contaminación, la hierba de tortuga está en riesgo y requiere conservación urgente.
Zostera marina (Eelgrass)
Extendiéndose por mares templados y fríos, la zostera forma densos tapetes submarinos. Sus hojas largas sirven de refugio a peces, anguilas y moluscos, y sus raíces fijan el sustrato contra la erosión.

- Suministra hábitat para invertebrados y peces comerciales.
- Reduce el oleaje, previniendo la erosión costera.
Es un indicador de buena salud ecológica, pero sufre declives por contaminación y actividad humana.
Macrocystis pyrifera (Alga gigante)
Esta alga parda puede crecer hasta 60 metros, formando los impresionantes bosques de kelp frente a costas del Pacífico. Sus frondas crean un ecosistema vertical repleto de vida.
- Alberga más de 1,000 especies de organismos marinos.
- Crece hasta medio metro por día en óptimas condiciones.
Los bosques de kelp son esenciales y muy productivos, pero vulnerables a tormentas, sobrepesca y calentamiento global.
Fucus vesiculosus (Sargazo vesiculoso)
Fucus, una de las algas pardas más comunes, tapiza rocas en aguas frías y templadas. Sus vesículas le permiten flotar y maximizar la luz solar, nutriendo comunidades enteras de invertebrados.
- Protege la línea de costa contra la erosión por oleaje.
- Sirve de alimento para erizos y caracoles marinos.
El sargazo vesiculoso demuestra cómo la flora marina minimiza el impacto de tormentas costeras.
Laminaria digitata
Laminaria es una de las principales algas de gran tamaño en mares fríos. Forma parte de la base alimentaria y estabiliza los sustratos rocosos, sirviendo de anclaje a esponjas y moluscos.
- Crece en suelos rocosos, resistiendo fuertes corrientes.
- Aporta refugio a comunidades de peces jóvenes.
La extracción para consumo humano puede desequilibrar estos ecosistemas, por lo que es clave regular su recolección.
Sargassum natans y Sargassum fluitans
Estas algas marrones flotan libremente formando extensos tapetes en el Atlántico y el Caribe. Ofrecen refugio a tortugas, peces juveniles y cangrejos, alimentando cadenas tróficas enteras.
- Sus arribazones benefician pero también pueden dañar playas.
- Recientemente, su proliferación excesiva indica alteraciones ecológicas.
El sargazo simboliza el frágil equilibrio entre desarrollo costero y salud de la flora oceánica.
Phyllospadix scouleri (Zacate de surf)
Este pasto marino crece en zonas de fuerte oleaje y aguas frías del Pacífico norteamericano. Soporta la turbulencia y protege numerosos invertebrados.
- Es tolerante a condiciones extremas de movimiento.
- Interfiere el oleaje y ayuda a capturar sedimentos.
El zacate de surf demuestra gran capacidad adaptativa frente a los retos del litoral.
Cymodocea nodosa
Presente en las costas de Europa y África, fomenta pequeñas praderas submarinas. Sirve de hábitat a peces y nutre a organismos filtradores.
- Ayuda a mantener la estabilidad del lecho marino.
- Fundamental en la dieta de algunos peces y erizos.
Su presencia indica aguas limpias y equilibradas; es sensible a la contaminación.
Ulva lactuca (Lechuga de mar)
Esta alga verde de finas láminas flota y se adhiere a costas rocosas poco profundas. Es tolerante a altas concentraciones de nutrientes y suele proliferar tras desechos orgánicos.
- Indicador de eutrofización por aguas residuales.
- Alimento para peces y algunos moluscos costeros.
Aporta alimento, pero su crecimiento excesivo puede asfixiar a otras especies.
Caulerpa prolifera
Alga verde ramificada y de rápido crecimiento. En la zona nerítica, cubre fondos arenosos y compite con otras especies.
- Capaz de expandirse agresivamente tras alteraciones del entorno.
- Alberga pequeños invertebrados, aunque puede desplazar flora nativa.
Su proliferación debe vigilarse para evitar desequilibrios en la flora local.
Gelidium corneum
Alga roja fundamental para la producción de agar. Forma tapetes sobre rocas y nutre la pesca de orilla en la región atlántica.
- Recicladora de nutrientes en sistemas rocosos costeros.
- Clave para la industria de extractos de agar.
Su recolección controlada es imprescindible para mantener la productividad de la zona.
Gracilaria
Alga roja extendida en aguas cálidas y templadas. Subsisten bancos enteros que sirven de hábitat y refugio a camarones y pequeños peces.
- Protagonista en la producción mundial de agar y alimento animal.
- Capaz de recuperarse tras eventos de estrés ambiental moderado.
Aporta resiliencia a la flora de la zona nerítica gracias a su rápido ciclo de vida.
Halophila stipulacea
Pasto marino de hoja corta, se ha expandido desde el mar Rojo hasta zonas del Caribe y Atlántico oriental debido al tráfico marítimo.
- Ejemplo de especie invasora adaptada al cambio climático.
- Puede desplazar especies nativas de pastos marinos.
Su monitoreo es fundamental para conservar los tapetes autóctonos y la diversidad vegetal.
Cladophora
Alga filamentosa de aguas dulces y marinas, fácilmente reconocible en las zonas intermareales. Aporta oxígeno y sirve de hábitat para pequeños invertebrados.
- Especie resistente a cambios ambientales y contaminación ligera.
- Soporta fluctuaciones de salinidad en estuarios y desembocaduras.
Clave para mantener procesos de reciclaje de nutrientes en zonas someras.
Conclusión
La flora de la zona nerítica constituye la base de la productividad marina global. Desde las praderas de angiospermas hasta los colosales bosques de kelp y prados de algas rojas, su presencia garantiza alimento, refugio y oxigenación para incontables especies.
Sin embargo, el futuro de estos vegetales depende de nuestra voluntad de conservar aguas limpias, minimizar el impacto humano y promover la gestión sostenible. Preservar la flora nerítica es asegurar la salud del mar y de las comunidades humanas que dependen de él.